“El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo”
(Cien años de soledad)
El 17 de abril de 2014 nos dejaba en Ciudad de Méjico Gabriel García Márquez, ilustre autor colombiano de numerosas obras famosas por todo el mundo que nos hicieron soñar. Este artículo es una manera para recordarle en este día.
Todo empezó en Aracataca, una pequeña aldea colombiana

Gabriel García Márquez nació en una pequeño pueblo en el norte de Colombia llamado Aracataca el 6 de marzo de 1927. No son pocos los que comparan Macondo, ciudad donde se desarrollan las peripecias de los Buendía, a Aracataca.
En la infancia de Márquez tuvieron un papel fundamental sus abuelos: el coronel Nicolás Márquez y su esposa Tranquilina Iguarán. En efecto, fue gracias a su abuelo que Gabo, así lo apodaban sus familiares y amigos, empezó a sentir curiosidad hacia la lectura, la escritura y la literatura. Además, su abuela le contaba una gran cantidad de cuentos de fantasía, que se consideran la primera fuente de inspiración de las obras que Gabo escribiría a lo largo de su vida.
Bogotá y el periodismo
En 1927 Márquez se transladó a Bogotá con el objetivo de estudiar Derecho y fue justamente en aquella época que él publicó su primer cuento en la revista El espectador. Eso marcó el comienzo de su carrera también como periodista.

Al final, no consiguió licenciarse en Derecho, pero empezó colaborar con la revista El universal de Cartagena.
1950: Márquez se convierte en escritor
Fue en 1950 cuando Gabo empezó a escribir su primera novela, Hojarasca, que en un primer momento debía de titularse La casa. En seguida publicó Relato de un náufrago, El coronel no tiene quien le escriba, El amor en los tiempos del cólera y muchos más.
¿Quién no conoce a Cien años de soledad?
En 1967 Gabo alcanzó el ápice de su carrera literaria gracias a la publicación de Cien años de soledad. Desde entonces, más de 50 millones de copias han sido vendidas.

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”, con estas palabras empieza la célebre obra y Márquez, en el año 2007, en la Real Academia de la Lengua, confesó lo siguiente: “No tenía la menor idea del significado ni el origen de esa frase ni hacia donde debía conducirme. Lo que hoy sé es que no dejé de escribir ni un solo día durante 18 meses hasta que terminé el libro.”
Cien años de soledad y el realismo mágico: un vínculo inquebrantable
Sin duda, quien tuvo la ocasión de leer Cien años de soledad habrá notado que a menudo los acontecimeintos se desarrollan en un ambiente poco real, casi onírico.
Vamos a poner algunos ejemplos. En primer lugar podríamos mencionar a Úrsula, personaje femenino que vive apróximadamente ciento veintidós años.
Además, a lo largo de la historia, Márquez nos cuenta que en Macondo hubo una lluvia casi interminable, precisamente llovió de manera ininterrumpida por cuatro años, once meses y dos días.

Por último, es interesante recordar el extraño fenómeno de la lluvia de flores amarillas durante el entierro del coronel Aureliano Buendía: “Tantas flores cayeron del cielo que las calles amanecieron tapizadas de una colcha compacta, y tuvieron que despejarlas con palas y rastrillos para que pudiera pasar el entierro”.
…El rey Juan Carlos habla así de Gabo…
Habría mucho que decir sobre Gabriel García Márquez y sus obras, pero nos gusta terminar este breve artículo con las palabras que el rey Juan Carlos, en 2007 en la Real Academia de la Lengua, utilizó para describir el papel de Gabo en la literatura: “Gabriel García Márquez es en si mismo en su trayectoria creadora un ejemplo vivo de esa unidad del español en su diversidad, una de las figuras mas insignes de la literatura en español”.
de Beatrice Venettilli